viernes, 27 de junio de 2008

Cuencas de futura mirada

Quedan aún, dispersas por la geografía española, un no desdeñable número de espadañas románicas. De todos modos, es ciertamente el elemento del templo que resulta más difícil de datar debido, primeramente, a que la importancia del campanario en el cristianismo ha tenido como consecuencia numerosas reformas, destrucciones y reedificaciones de los mismos para su correcta adecuación a las necesidades existentes, y, por otro lado, a la ausencia cualquier elemento notorio o figuración esculpida en la mayoría de los ejemplares conservados. Es por ello que me propongo a continuación dar un pequeño paseo por esas peculiares espadañas (las torres las dejaré para futuro comentario) sitas en el entorno rural, y que han sobrevivido hasta nuestros días con sus flamantes fustes y capiteles, como si de enormes cuencas oculares dirigidas al cielo se tratasen.

Espadaña de la iglesia de S. Pedro ad Vinculam, S. Felices de Castillería (Palencia)

En esta ocasión, he elegido como ámbito geográfico la mitad norte de la provincia de Palencia. Durante un viaje por aquellas tierras hace ya dos años pude contemplar alguno de estos casos en espadañas como la de Brañosera, Revilla de Santullán o en el sorprendente ejemplar de la bellísima aldea de San Felices de Castillería, enclavada en un entorno natural inigualable. Allí, sobre un pequeño cerrillo, se alza majestuosa la parroquia de San Pedro ad Vinculam. Concretamente en el tercer cuerpo de la espadaña podemos admirar una pareja de vanos doblados, ligeramente apuntados y flanqueados por estilizados fustes y capiteles. Todo el conjunto se encuentra protegido por una doble chambrana nacelada que realza su belleza.

Cuerpo inferior de la espadaña de la iglesia de S. Salvador,
S. Salvador de Cantamuda (Palencia)

Mucho más sobresalientes, en cuanto a decoración escultórica se refiere, son los dos últimos casos que voy a citar: San Salvador de Cantamuda y la agonizante iglesia del Barrio de Sta. María, en Becerril del Carpio.

Espadaña de la iglesia de Sta. María, Becerril del Carpio - Barrio de Sta. María (Palencia)

La primera de las iglesias, la de San Salvador, sorprende gratamente al visitante. Cerca del nacimiento del río Pisuerga se yergue este edificio, de gran unidad arquitectónica y de armónica proporción. Su inigualable espadaña se remata por dos cuerpos que repiten idéntica composición: dos vanos de medio punto, con guardapolvos moldurados, y que apoyan directamente sobre capiteles de entrelazos y vegetales.

Capiteles de la espadaña de la iglesia de Sta. María,
Becerril del Carpio - Barrio de Sta. María (Palencia)


Por otro lado, y quizá más sorprendente por sus capiteles figurados, encontramos el caso la iglesia de Santa María de Becerril del Carpio. En ella, y adosada al ángulo sureste de la cabecera, se alza la bella espadaña rematada a piñón. Los vanos se adornan, tanto en el interior como en su exterior, con cimacios y capiteles de gran variedad temática: molinillos de vástagos helicoidales, hojas de acanto, máscaras que vomitan tallos, centauros y leones son algunos de los principales protagonistas de dicha escenografía. Cabe reseñar también que las dovelas de dichos vanos se decoran con una alternancia bicromática ya ensayada en Sta. María de Mave (Palencia) o, por ampliar y alejar nuestro espectro espacio-temporal, en el interior de Sta. María Magdalena de Vézelay o en la propia mezquita cordobesa.

5 comentarios:

Alberto Calderón dijo...

Enhorabuena por tu blog, promete mucho. Por de pronto este artículo me ha parecido muy interesante, y eso que a mí las espadañas nunca me han llamado la atención especialmente, seguramente por lo que dices de la escasa decoración y la incertidumbre para datarlas. La de Becerril del Carpio, sobre todo, me ha sorprendido por la calidad de los capiteles.

¿Conoces Las Henestrosas de las Quintanillas (Cantabria, pero cerca de Aguilar de Campoo)? Tiene también una espadaña muy destacada aunque las reformas del templo la han maltratado mucho desmontando su piñón y adosándole una torre.

De nuevo, felicidades por el blog; sigue así.

Un saludo, Alberto

ArtuROM dijo...

Muchísimas gracias por tu comentario, Alberto.

Soy un gran seguidor desde hace un tiempo de tu blog "Románico burgalés". De hecho, ahora que por fin he dado el paso definitivo hacia los entresijos del mundillo "bloggero" y voy aprendiendo los rudimentos de este quehacer, acabo de incluir un enlace a tu blog. De todos modos, sigo bastante perdido con todo esto... ¡Espero espabilarme pronto!

En cuanto a Las Henestrosas de las Quintanillas sí sabía de su existencia, aunque me alegro de que me hayas refrescado la memoria para echar un vistazo a algunas imágenes de su espadaña reconvertida en torre. De todos modos, al no tener fotos propias de dicha iglesia, tampoco habría podido publicar mucho (respeto al máximo los derechos de autor, je, je). Además, ¡así planeo un futuro viaje por Cantabria!

La verdad es que casos como el que me comentas de hay bastantes, aunque este que mencionas en concreto es de gran belleza. Incluso, como bien sabrás, nos han llegado torres convertidas en unas extrañas espadañas-torres (me viene a la cabeza tu tierra, en concreto Bahabón de Esgueva). Eso lo dejaré para futura entrada en el blog, je, je.

Mil gracias de nuevo por tu aportación; a partir de ahora seguro que me ves comentar alguna cosilla por tu espacio. Aquí serás totalmente bienvenido, y si puedo servirte de ayuda en algún momento, no dudes en contactar conmigo.

Un saludo.
Arturo.

Alkaest dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alkaest dijo...

(Mis disculpas por la torpeza informática, el primer comentario lo borré por equivocación. Repito).

¡Bienvenido al "Manicomio Románico"! Te deseo lo mejor aquí dentro, donde cabemos tantos y tan chiflados.
Muy agudo, el título del blog. Ánimo.

Al hilo de las espadañas, acabo de volver del norte zamorano, y allí la mayor parte del románico rural, conservado, consiste en sencillas espadañas. Quizá por ser la parte más sólida, y la que mejor se prestaba al "reciclado" tras la ruina del templo.

Salud y fraternidad.

ArtuROM dijo...

Mil gracias, Alkaest.

Me doy por bienvenido, a la vez que aprovecho para darte también la bienvenida a mi humilde "reservado" dentro de este... loco mundo de locos. ¡Cuánta redundancia!

Llega la hora de comer. A ver si con algún buen bocado me sobreviene alguna idea para publicar mi siguiente entrada en el blog.

Saludos.