Como ya comenté un tiempo atrás, las obligaciones del día a día no me dejan demasiado tiempo libre. Además, y por si fuera poco, he estado bastantes semanas perdido por Irlanda del Norte, ligeramente aislado del mundo por temas de investigación. Por todo ello, mi blog sufre largos periodos de inactividad. Sin embargo, no quiero desdeñar la posibilidad de darle algo de "vidilla" recurriendo a la publicación de algunas de mis notas de campo y de archivo, tomadas in situ en los diferentes lugares que he pisado en mi periplo por el nordeste de "gran isla verde".
Hoy quiero dedicarle unas líneas al patrón de Irlanda. Aunque los datos sobre san Patricio son ciertamente confusos, podemos encuadrar aproximadamente su vida entre los años 390 y 460. Si bien su nacimiento se produjo en la isla de Gran Bretaña, a los 14 años de edad fue capturado por piratas irlandeses y trasladado a la vecina isla como esclavo, dedicándose a cuidar pastos y ganados. Cuando contaba con unos 20 años, consiguió escapar de Irlanda tomando un barco con rumbo a Italia, donde se ordenó sacerdote y aprendió los rudimentos necesarios para la labor evangelizadora, algo que probablemente tenía en mente desde su experiencia en Hibernia.
Ya en el año 432, Patricio fue ordenado como obispo de Irlanda, encomendándosele la difícil tarea de hacer llegar el cristianismo a aquellas apartadas zonas, de raíces célticas. Entre otras muchas cosas, a él le debe Irlanda la primera creación de un sistema monástico; sistema que, a la postre y en gran parte, serviría de modelo a todo el movimiento monástico en Europa. De esos primitivos monasterios, cuyo origen ya podemos fechar en el propio siglo V, no nos quedan sino escasos e indirectos testimonios. Sin embargo, sí que contamos con algunos ejemplares de época plenomedieval.
Vista de la catedral de Downpatrick y paisaje (Co. Down, Irlanda del Norte) Concretamente hoy quiero hablar del lugar donde, según las fuentes, reposan los restos del mencionado patrón irlandés. Dicha ciudad, Downpatrick, compone su topónimo con las palabras "Down" (anglización de voz gaélica Dún, "fuerte") y "Patrick" (Pádraig), el nombre del santo. Es decir, "El fuerte de Patrick". En esta pequeño y tranquilo lugar, situado a un cuarto de hora de Belfast, en el condado de Down, Irlanda del Norte, encontramos varios testimonios interesantes del Arte medieval, que a continuación pasaré a mencionar con brevedad.
Interior de la catedral de Downpatrick (Co. Down, Irlanda del Norte) Por orden de antigüedad, el primer elemento destacable es la deteriorada
high cross, datada en el siglo X, que aún desafía los vientos y las lluvias junto a la cabecera de la catedral de Downpatrick. La erosión no nos permite un análisis adecuado de las representaciones iconográficas que en ella se plasmaron, pero sin duda, y por el conocimiento de otros ejemplares similares en la isla, podemos aventurar algo sobre su finalidad. Muy probablemente, este tipo de cruces fueron empleadas a modo de didácticos vehículos de evangelización, así como elementos que reforzasen la cristianización de zonas que, como fuentes o encrucijadas, desde antaño habían tenido una gran carga simbólica para los rituales célticos.
Cabecera de la catedral de Downpatrick y high cross (Co. Down, Irlanda del Norte)
A pocos metros de la high cross se hallan tanto la tumba de san Patricio, sin mayor interés artístico, como la referida catedral. Del original templo nada nos queda. La turbulenta historia del mismo, destruido y reedificado en numerosas ocasiones, no ha permitido llegar a nuestros días casi ningún elemento anterior al año 1810.
Sin embargo, sí se conserva a las afueras de la ciudad un interesante ejemplo de monasterio medieval. Se trata de la abadía cisterciense de Inch, fundada hacia 1180 por John de Courcy para albergar a los monjes de la recién destruida ababía de Carrick en Erinagh. Parece ser que el asentamiento se realizó sobre el lugar donde había existido otro complejo monástico prenormando, quizá construido en madera, y que fue quemado en dos ocasiones por los vikingos, en 1002 y 1149. Las ruinas del monasterio que lo sustituyó, también bastardeadas y maltratadas, aún perviven en una zona pantanosa a las orillas del río Quoile (incluso originalmente parece ser que la zona fue un islote).
Vista general de Inch Abbey, Downpatrick (Co. Down, Irlanda del Norte) Pese a las reformas que se operaron en el siglo XV, acortando y redefiniendo la estructura de la iglesia debido a un severo descenso numérico en la comunidad, aún podemos apreciar su distribución original, con triple nave, gran crucero, y cabecera de planta cuadrada con tres grandes y verticales vanos apuntados, algo muy frecuente en otros monasterios irlandeses. También contaba con una torre sobre el brazo norte del transepto, y de la que hoy aún se pueden apreciar las escaleras de acceso. Además, todavía se adivinan los restos de gran parte de las dependencias monásticas: claustro, sala capitular, refectorio, un horno (quizá de la panadería), la enfermería, y un pozo, hoy sellado. Lamentablemente, la abadía fue abandonada en 1541, y sometida desde entonces a un rápido proceso de expolio y ruina, amén de una estrambótica "restauración" decimonónica a base de cemento y piedra arenisca.
Transepto norte de Inch Abbey, Downpatrick (Co. Down, Irlanda del Norte) Por último, no quiero dejar de mencionar un apartado enclave situado a unos 3 kms. de Downpatrick, y que ha pasado a la historia con el nombre de Struell Wells. En el lugar podemos ver unos sencillos pozos que, según cuenta la leyenda, fueron bendecidos por el propio san Patricio. Allí éste habría pasado buen número de noches recitando salmos en la más estricta soledad. Debido a la fama curativa que obtuvo con motivo de la citada leyenda, Struell Wells llegó a convertirse en un lugar de peregrinación masiva desde la Edad Media. En el entorno también podemos disfrutar de los restos de una aparentemente inacabada capilla, así como de fragmentos de dos vanos apuntados, del siglo XIII, empotrados en los muros de delimitación del recinto.
Struell Wells, Downpatrick (Co. Down, Irlanda del Norte)