jueves, 15 de octubre de 2009

Donde hubo fuego cenizas quedan

Resurjo de mis cenizas. Quizá he hallado el principal motivo que me lastraba a la hora de escribir: un afán desmedido por recopilar información para compartirla con todos. Eso, como cabría esperar, supone demasiadas horas, y el tiempo, precisamente, es un bien fundamental cuando se vive a contrarreloj. Por ello no quiero desdeñar esa labor informativa, pero convirtiéndola en más visual que textual.

Unas de mis últimas "aventuras", de entre las muchas que ha habido, ha sido la de redactar los informes histórico-artísticos de las dos primeras iglesias del plan de restuaración que la Fundación Santa María la Real efectuará en la provincia de Guadalajara. Las afortunadas han sido Jodra del Pinar y Pinilla de Jadraque, dos estupendos ejemplares porticados. Hoy hablaré del primero de ellos.

Interior del pórtico. Iglesia de S. Juan Bautista, Jodra del Pinar (Guadalajara)

Jodra del Pinar, mínima aldea dependiente del ayuntamiento de Saúca, esconde un pequeño templo románico "de libro", esto es, prácticamente intacto estructuralmente hablando. Los añadidos de la torre a los pies, la sacristía y ciertos elementos aislados, no impiden apreciar su silueta original; sobrio ejemplo de mucho mampuesto y poco sillar, de vanos exiguos y líneas firmes y limpias. El pórtico, castellano, muestra tras su reciente restauración su flamante cuerpo de buena cantería y sus ojos, limpios tras siglos de tabicamiento.

Vista de la nave desde el coro. Iglesia de S. Juan Bautista, Jodra del Pinar (Guadalajara)

El interior, pese a los repintes y el abandono, muestra la misma sobriedad de líneas, de memoria cisterciense aunque reinterpretada por afanosas manos locales allá en los albores del 1200. Los bienes muebles, piezas salvadas de la carcoma o la rapiña, son sencillos, tanto o más que la arquitectura. De entre ellos ninguno sobrepasa los 400 años, aunque eso ya es mucho decir.

La única pieza que puede alardear de haber sido tatarabuela es la pila bautismal, que aunque escondida en un lóbrego rincón y agonizante, sigue estando exornada por mismísima sangre arenisca de su masa pétrea.

Pila bautismal. Iglesia de S. Juan Bautista, Jodra del Pinar (Guadalajara)

Sin embargo, ni el abandono ni el terrible fuego que asoló la aldea este verano han podido con los años de lucha y la tenacidad de sus hercúleos vecinos. Ni con la piel de su iglesia, aún herida por el hollín. Valgan estas líneas como merecido homenaje a unos y otra.

Vista desde el pueblo. Iglesia de S. Juan Bautista, Jodra del Pinar (Guadalajara)